Descubrí qué es esta declaración jurada obligatoria, por qué es vital para prevenir enfermedades y cómo presentarla sin errores.
La gestión de la seguridad en el trabajo se construye sobre datos precisos. Para que una empresa pueda proteger realmente a su gente, primero necesita saber con exactitud a qué peligros se enfrenta en el día a día. Aquí es donde cobra protagonismo el Relevamiento de Agentes de Riesgos (RAR), una herramienta que va mucho más allá de un simple trámite administrativo.
Este documento es la piedra angular del sistema de prevención. Entender su función no solo evita multas, sino que garantiza un ambiente laboral más sano y seguro para todos.
El Relevamiento de Agentes de Riesgos funciona como una declaración jurada de carácter obligatorio, exigida por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). En términos simples, es el mapa que el empleador dibuja para identificar, evaluar y declarar los factores de riesgo a los que expone a sus trabajadores.
Su base legal es sólida: se apoya en la Ley de Riesgos del Trabajo (N° 24.557) y en normativas específicas como la Resolución SRT N° 37/2010. No presentarlo constituye una falta por parte del empleador, pero el problema real es que impide activar los mecanismos de prevención necesarios.
Para que este documento tenga validez, requiere de una Documentación Técnica de Respaldo (DTR). Este análisis técnico es el que verifica que los agentes declarados existen realmente y justifica la exposición o no de los empleados.
Quizás te preguntes para qué sirve toda esta información detallada. La respuesta es concreta: el RAR es el insumo principal que utiliza la ART para determinar y ejecutar los Exámenes Médicos Periódicos (EMP).
Sin esta declaración, la ART trabaja a ciegas. El objetivo central es detectar precozmente posibles afecciones en la salud y evitar el desarrollo de Enfermedades Profesionales. Al presentar el formulario, le brindás a la aseguradora la nómina completa de tu personal, indicando quiénes están expuestos y asociando los códigos de riesgo a sus tareas específicas.
Es fundamental recordar que debés incluir a todo el personal del establecimiento, tanto a los que están expuestos a riesgos como a los que no.
El ciclo de vida del RAR comienza con la relación comercial, pero no termina ahí. El empleador tiene la obligación de suministrar esta nómina al momento de la afiliación inicial a una ART. Sin embargo, las empresas son organismos vivos y cambian constantemente.
Por eso, te recomendamos actualizar la información ante las siguientes situaciones:
Tené en cuenta un detalle operativo: para considerar a un trabajador como "expuesto", debe tener una permanencia de al menos 6 meses en ese puesto de trabajo.
Para que la información fluya sin malentendidos, el sistema utiliza un lenguaje unificado. La Resolución SRT N° 81/2019 (Anexo III) establece el Listado de Códigos de Agentes de Riesgo vigentes, organizados por categorías.
Usar los códigos correctos es vital. Son la base para completar el RAR y aseguran que la ART asigne los estudios médicos precisos. Un error en la codificación podría derivar en exámenes innecesarios o, peor aún, en la falta de controles para un riesgo existente.
Mantener el RAR al día habla de una cultura empresarial que prioriza el bienestar humano. Una correcta identificación de riesgos permite actuar antes de que los problemas de salud aparezcan, reduciendo el ausentismo y mejorando el clima laboral.
Para facilitarte el cumplimiento de esta obligación y asegurar la salud de tu equipo, te acercamos las herramientas necesarias.
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Descargá el instructivo en PDF con el detalle paso a paso de cómo presentar el formulario.